domingo, 17 de mayo de 2015

REFLEXIÓN SOBRE MI PRÁCTICA DOCENTE

Hola etwinners:
Es cierto que después de muchos años dedicado /a a la práctica docente, uno/a necesitaría hacer una reflexión de esta práctica; aunque quizás lo más acertado sería realizar esta reflexión todas las semanas; o quizás todos los días, o aún mejor cada clase que imparto a mis alumnos/as. Bueno y después de esta reflexión clase a clase, uno/a se da cuenta de la cantidad de aspectos que se podrían mejorar; pero para no cansaros enumerando una serie realmente larga de estos aspectos, he decidido resumirlos en dos, y que los he argumentado en los retos de esta semana: impresiones en el padlet sobre mi práctica docente y recomendaciones de proyectos que puedan ser atractivos en eTwinning. Y curiosamente ambos aspectos están muy relacionados. Por un lado, en el padlet exponía mi preocupación por la falta de apoyo que un etwinner encuentra en su Claustro cuando pretende involucrarlo en estos u otros proyectos europeos y cómo a penas hay trabajo en equipo dentro de los Claustros y cómo cada uno/a hace la guerra por su cuenta y cómo un proyecto eTwinning puede pasar prácticamente desapercibido en un colegio en el que muchos miembros del su Claustro ni siquiera saben  lo que significa un proyecto eTwinning. Y que cuando el proyecto se acaba pasa a formar parte del mundo de los proyectos olvidados e inservibles. Así que después de darle muchas vueltas, considero que una de las forma de evitar este olvido en los proyectos eTwinning es buscar una fórmula para encontrar una utilidad real a estos proyectos dentro de un contexto concreto. Y esta utilidad debiera salir de los intereses del Claustro de forma consensuada, tomando como referencia los aspectos a mejorar en la práctica docente con los/as alumnos/as concretos que hay en el colegio y su realidad social y familiar. Y para conocer esta aspectos de mejora, nada mejor que impulsar los contenidos de inteligencia emocional (paso al apartado de recomendaciones) entre el profesorado, el alumnado y las familias. Este desarrollo emocional es el que nos permitirá captar las auténticas necesidades del centro y motivar al profesorado, alumnado y familias en el día a día del proceso de enseñanza-aprendizaje. Y entre estos aspectos los más importantes serían la mejora de la comunicación entre los diferentes sectores, la necesidad de aprender a escuchar de forma activa y la mejora del trabajo en equipo.
Y como no pretendo cansaros más con estas reflexiones, me limito a invitaros a que los probéis en vuestros Claustros.
Saludos para todos y todas.

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